martes, 13 de septiembre de 2016

VIDA DE LA VENERABLE MADRE MARIANA DE SAN SIMEÓN:

Denia (Alicante)

La Madre Mariana de San Simeón nació en la villa de Denia, en Alicante, y fue bautizada el 24 de noviembre de 1569 en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción. Recibió el nombre de María Ana, Mariana. 

Su padre, Conrado Simeón, era marinero y comerciante, natural de la ciudad de Ragusa, y su madre Jerónima Fuster, natural de Denia. 

Eran escasos de bienes de fortuna, pero buenos cristianos y educaron cristianamente y con esmero a Mariana, que fue hija única del matrimonio.

Parroquia Ntra. Sra. de la Asunción
Denia (Alicante)
De pequeña, Mariana fue una niña muy despierta e inteligente; aprendió a leer y a escribir, de forma que sus conocimientos le permitieron llevar y aclarar los negocios comerciales de su padre. Una niña compasiva con los pobres, a quienes, movida de caridad, atendía y servía en el hospital.
Amaba la humillación, y se inclinaba a vivir olvidada en las manos de la divina providencia. A los 12 años quedó huérfana de madre. Fue entonces cuando Mariana se resolvió interiormente a dedicarse al servicio del Señor. Buscaba la soledad y el silencio, la oración. Hizo su primera comunión y así, comulgaba con frecuencia. 

Convertida en una jovencita, buscaba la mortificación y las penitencias, las vigilias en la oración y los ayunos. Poco después de cumplir sus 14 años, hizo a Dios voto de castidad, y resolvió no buscar ni entregarse a nadie, sino a Jesucristo. 
Tras la muerte de su madre, Mariana tuvo que dedicarse al cuidado de la casa y de la familia. También era muy hábil para toda clase de labores manuales, y entre estas destacó en el telar, trabajo que después, en los conventos que fundó, instauró como trabajo para las monjas de su comunidad. 

Pasados unos años, su padre volvió a contraer matrimonio con una santa doncella llamada Catalina Meller. También su padre quiso casar a Mariana con un caballero de Ragusa, a quien la había prometido en matrimonio. 

Mariana se negó, pues ya había hecho voto de castidad a Jesucristo, como el único esposo de su alma. Su padre, insistió en casar a Mariana, aún en contra de su voluntad, e incluso comenzó a preparar las cosas necesarias para la boda. 

Telar manual
En ese punto, cayó enfermo de gravedad el pretendiente de Mariana, y estuvo a punto de morir. Y esto hasta 3 veces, hasta que finalmente dispuso Dios que su padre enfermase y muriese, quedando así Mariana libre para entregar su vida al Señor, como era su vocación. Impresionado por la decisión de Mariana, su pretendiente renunció también al mundo y se hizo religioso. Poco después, repartió entre los pobres la poca hacienda que le quedó de su padre, y se retiró en su casa haciendo una vida santa junto con su segunda madre. 

Empezó Mariana por este tiempo a sentir gran deseo de entrar en religión. Años más tarde, supo de la reforma de las Agustinas emprendida por Juan de Ribera, cuyo primer monasterio fundó el santo arzobispo en 1597, en la villa de Alcoy. Mariana quiso entrar en este monasterio, pero el Señor dispuso que fuese en Denia, su villa natal.


San Juan de Ribera
Fundador de las Agustinas Descalzas
Monasterio Santo Sepulcro, Alcoy (Alicante)


El 25 de enero de 1604, ingresó Mariana en el convento de las Agustinas Descalzas de Denia, siendo apadrinada por el mismo Rey Felipe III, junto a otras 5 jóvenes, tomando el hábito de manos del Nuncio. Mariana hizo su profesión el 15 de febrero de 1606. También su segunda madre, Catalina Muller entró de religiosa en las Agustinas Descalzas de Denia el año 1605. Al poco tiempo murió en olor de santidad. 



Felipe III
Su vida de religiosa transcurrió entre la oración y el rigor de la penitencia, recibiendo del Señor grandes gracias en la contemplación. En el monasterio desempeñó varias obediencia, como tornera, provisora y sacristana, entre otros, además de haber sido elegida para gobernar la casa como superiora y madre de todas las hermanas. A instancias del obispo de Cartagena D. Francisco Martínez, la Madre Mariana fundó otro convento de Agustinas Descalzas en Almansa (Albacete), donde llegó el 6 de enero de 1609. Mucho tuvo que trabajar en los principios de esta fundación de Almansa por la falta de recursos económicos para sustentar en lo necesario a la primera comunidad. 

Fue entonces cuando la Madre, ayudada por la gracia de Dios, inventó el arte de tejer la lana, fabricando prendas con las que socorría a los pobres, al tiempo que vendía y hacía los hábitos de las monjas. Fue regalada por Dios con muchos dones, el discernimiento de espíritus y el ver gran perfección en los sacerdotes y en sus monjas. El ejemplo de su vida ejemplar llegó a oídos del obispo D. Francisco Martínez, quien prendado de su santidad, pidió a la Madre Mariana que fuese a fundar otro monasterio en la diócesis de Murcia. 

Había en dicha ciudad 2 damas de la nobleza que querían ayudar con sus bienes a esta fundación: dichas señoras fueron las hermanas Luisa y Juana Fajardo. Obtenida la licencia del Consejo Real para fundar en Murcia, se dispuso la M. Mariana a poner por obra la orden del obispo. Salió con sus monjas de Almansa a mediados de febrero, en pleno invierno. Iba muy enferma y con calentura. Llegaron a Murcia el domingo 21 de febrero de 1616, alojándose esa noche en casa de la fundadora Dª Luisa Fajardo, en Espinardo. La fama de santidad de que venía precedida la Madre, atraía a multitud de gente deseosa de conocerla y tratar con ella. Así, una de las principales jóvenes de Murcia abrazar la nueva reforma de las Agustinas Descalzas.

Fachada de la iglesia actual
Fotografía siglo XIX
Esta joven, rica y bella, tenía 16 años, y se llamaba Luisa de la Santa Cruz. 
El 14 de marzo de 1616 tomaron posesión de la casa que iba a ser la primera morada de la fundación, situada en la plaza San Gines, muy cerca de donde hoy se sitúa el actual monasterio. A ésta se dio el nombre de Corpus Christi. 

Primeras novicias
Desde la parroquia de San Bartolomé se inició una procesión, con el Santísimo Sacramento, en la que juntamente con la Madre Mariana iban también las jóvenes que ese mismo día habían de vestir el hábito de Agustinas Descalzas. La procesión llegó hasta la iglesia de San Gines, donde se estableció el primitivo monasterio. Tomaron el hábito Dª Luisa Fajardo, quien había ayudado con sus bienes, que se apellidó de la Cruz, su hermana Juana del Santísimo Sacramento, la joven Luisa de Santa Cruz, que se llamó de Jesús y una hermana de obediencia llamada Polonia de San Juan Evangelista. No reunía la casa buenas condiciones para la comunidad, ni la iglesia de San Gines, por lo que la Madre procuró otro sitio más conveniente. Pronto se encontró, junto a las puertas de Castilla, y pudo comprarlo con ayude de censos antiguos y parte de la dote de la hermana Luisa de Jesús, además de algunas limosnas. El 28 de julio de 1616 se trasladó la comunidad al nuevo convento, y allí colocaron al Santísimo Sacramento, hasta que se pudiese edificar iglesia.


Ubicación de primitivo monasterio,
en calle Santa Cecilia
En los principios, padecieron las monjas mucha falta de cosas y de dinero, dificultades que la Madre Mariana soportó dispuesta a trabajar, con la confianza puesta en el Señor, con tal de no abandonar la fundación, sabiendo que Dios no la había de desamparar. Le ayudó mucho la comunidad de Agustinas de Almansa, fundada por ella misma, enviándole desde allí el producto de su trabajo manual, así como telas, tejidos de lana y seda de diversos colores, tanto para la comunidad como para la venta. 

Así consiguió la Madre Mariana salir adelante con la fundación de Agustinas Descalzas de Murcia. A consecuencia de tantos trabajos y sufrimientos, llegó a enfermar la Madre hasta llegar casi a la muerte. Sus palabras y pensamientos ante las contrariedades eran: Mi esperanza en Dios está. Al tiempo profesaron las jóvenes novicias, y otras jóvenes, atraídas por la fama de santidad de la Madre, pedían ingresar en el monasterio, llegando hasta a faltar sitio y celdas para dar entrada a las que pretendían ser monjas Agustinas. En 1623 se logró tener convento e iglesia completamente acabados y con sitio suficiente para más religiosas. No faltaron milagros en la construcción de la iglesia, atribuidos todos a la intercesión y oración de la Madre Mariana. Se hizo a cargo también, al tiempo que se encontraba como priora en Murcia, de la fundación de Almansa, y consiguió levantar ambas comunidades con su buen espíritu y la sabiduría con que el Señor la regalaba.



Bordados de seda y oro
jazminero de la santa Madre
que se conserva en el huerto del convento


Procuró fielmente que se guardara la Regla y las Constituciones y la observancia regular en sus conventos, medios para alcanzar la santidad de vida a la que las monjas aspiran. Fue de excelente capacidad intelectual, viva penetración, agudo ingenio de gran corazón. Era muy amante la Madre de las flores y de adornar los altares; todavía se conserva en la actualidad un jazminero que la Madre hizo plantar en el huerto del convento, cuyo aroma sigue perfumando los claustros y las dependencias dedicadas al culto eucarístico. A los dones de la naturaleza con que la dotó el Señor, se añadían los de la gracia, llegando a la práctica heroica de las virtudes teologales y obras de misericordia.



Entregó su alma a Dios el 25 de febrero de 1631, a los 61 años, siendo priora y servidora de todas las hermanas de la comunidad que había fundado con tanto amor y deseos de servir al Señor, a la Iglesia y a la Humanidad.
Su cuerpo fue sepultado en un altar del coro del convento, a instancias del entonces obispo Fray Antonio de Trejo, que sentía una gran veneración por la Madre. 
En el cementerio del monasterio hay también enterrados 3 obispos, benefactores del convento, entre ellos Juan Mateos, que movidos de devoción y admiración a la Madre y a la santidad de las monjas, quisieron ser enterrados con las religiosas. Años después, sus huesos fueron colocados en una arqueta, que actualmente las monjas llaman “el arca de la santa Madre”, que había sido regalada por el cabildo al convento.
Esta arqueta había contenido los restos de San Fulgencio y Santa Florentina. También se conserva una reliquia.

Arqueta donde fueron depositados
los restos mortales de la Madre Mariana
Después de su muerte, quisieron las monjas tener un recuerdo de su fundadora, y mandaron a un pintor hacer un retrato, dando ellas idea de su semblante y facciones. El pintor hizo el retrato exacto y más natural que si la hubiese tenido a la vista, al que añadió la inscripción:


Mi espeanza en Dios está, 

frase frecuente en los labios de la Madre Mariana
Reliquia hueso de la Madre Mariana
Retrato de la Venerable Madre
Mariana de San Simeón




Este cuadro, se conserva como reliquia en el convento de Agustinas Descalzas de Murcia.

Esta es la breve semblanza de esta monja santa, no reconocida aún por la Iglesia, pero que goza de la felicidad de los santos junto a su Esposo, el Cordero inmaculado, a quien ella quiso amar, alabar y servir todos los días de su vida.



MI ESPERANZA EN DIOS ESTÁ 






GALERIA DE FOTOS:
Detalles del retrato al óleo de la Venerable
Madre Mariana de San Simeón.
Se conserva en el coro bajo del monasterio
Libro de la Vida de la Madre Mariana de San Simeón


Textiles y brocados, fabricados en los comienzos
de la fundación.
Celda monástica en tiempos de la
Madre Mariana
Vitrina de cristal, donde se conservan actualmente
los objetos de la Madre Mariana
Reliquia y libro de la Vida
de la Madre Mariana de San Simeón
Litografía antigua de la Madre Mariana

Altar del coro bajo, donde se depositaron los restos de la Madre Mariana
después de su muerte.
En la foto: altar en la actualidad
Jazminero de la Madre Mariana, que aún se conserva en la actualidad
en el huerto del convento.















domingo, 31 de enero de 2016

VIDA DE LA MADRE MARIANA DE SAN SIMEÓN (vídeo):

Vida de la Madre Mariana de San Simeón.
Fundadora de nuestro monasterio.
Publicado con motivo del IV Centenario.
14 marzo 1616
14 marzo 2016


jueves, 3 de enero de 2013

BREVE RESEÑA BIOGRÁFICA DE LA VENERABLE MADRE MARIANA DE SAN SIMEÓN:


Parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción
(fachada)
Nació esta santa monja Agustina en Denia (Alicante), diócesis de Valencia, el año del Señor de 1.569. Fue bautizada el 24 de noviembre de dicho año de 1.569 en la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción de Denia, con el nombre de María Ana, y después por la unión de ambos, fue llamada Mariana.

Hija legítima de Conrado Siméon, marinero y comerciante, natural de la ciudad de Ragura, y de Jerónima Fuster, natural de Denia.

Ingresó como religiosa en el Convento de Agustinas Descalzas de Denia el mismo día de la fundación de éste, 25 de enero de 1.604. Este convento pertenecía entonces a los fundados por San Juan de Ribera.

Mariana de San Siméon tomó el hábito de la Orden Agustina Descalza de manos del Excmo. Sr. Nuncio, y fue apadrinada junto con otras cinco jóvenes que ingresaron con ella, por el mismo Rey Felipe III, quien apoyó esta fundación.

FELIPE  III

Mariana hizo su profesión solemne pasado un año de noviciado, el 15 de febrero de 1.606. Pasados tres años, fue requerida para fundar en Almansa (hoy provincia de Albacete), otro monasterio que iba a pertenecer a la Orden de Agustinas Descalzas. Lo fundó el 6 de enero de 1.609, al que dieron el título de "Corpus Christi".

Iglesia-monasterio Corpus Christi (Almansa)


La fama de santidad de la Madre Mariana y de sus hijas religiosas Agustinas Descalzas hizo que los superiores y la gente del lugar instaran a la Madre para fundar otro monasterio, éste en la ciudad de Murcia, que llevaría el nombre también de Corpus Christi. La fundación en Murcia se llevó a cabo el día 14 de marzo del año 1.616.

Monasterio en la actualidad.
Esquina C/ San Andrés y C/ Sta. Cecilia,
primera ubicación de la comunidad fundacional.


Monasterio en la actualidad.
Esquina C/ Santa Cecilia y C/ Agustinas.
Casa del capellán y demandaderos.


Monasterio en la actualidad.
Entrada por calle Agustinas.
Murió la madre Mariana de San Siméon el año 1.631, a los 61 años de edad y 43 de vida religiosa. Su fama de santidad en vida se extendió también después de su muerte, ya que se ejercitó de forma heróica en todas las virtudes teologales y cardinales, como la fe, esperanza, caridad para con Dios y el prójimo, prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Observó fidelísimamente sus votos religiosos de pobreza, castidad y obediencia. Fue tremendamente humilde y adornada por Dios nuestro Señor con dones sobrenaturales en su vida de oración.

Después de su muerte obró prodigios, otorgando el Señor por su intercesión gracias y milagros. Por ello, aunque no ha sido aún canonizada por la Iglesia, consta la santidad de nuestra madre Mariana de San Simeón.

Que ella, desde el Cielo, que es la morada de todos los santos bienaventurados, ruegue por todos nosotros y nos alcance de Dios la eterna salvación que Él concede a los que le aman.



Retrato de la Madre Mariana de San Simeón












miércoles, 2 de enero de 2013

RELIQUIA DE LA MADRE MARIANA:

De la Madre Mariana de San Siméon, sólo nos queda actualmente una pequeña reliquia, consistente en un huesecito de su cuerpo. 
Se conserva en un relicario de plata, dentro de una urna, en la sacristía noble del monasterio, junto con otros objetos de la Madre Mariana.
Los restos mortales de la Madre Mariana, se conservaban en un altar dedicado a ella, en el coro bajo del monasterio. Pero en la Guerra Civil española, 1.936, el monasterio fue saqueado, y robaron muchas obras de arte del mismo. Junto con todo, también fue profanado el pantéon de las monjas, situado justo debajo del coro, en una cripta subterránea. Los restos de la Madre fueron profanados, robados, y esparcidos por la ciudad, no se sabe dónde. Sólo se pudo salvar este huesecillo, que forma parte del patrimonio espiritual y devocional de las monjas Agustinas de Murcia.


martes, 1 de enero de 2013

LIBRO DE HISTORIA DEL MONASTERIO:


Remitimos a nuestros visitantes, a que adquieran el libro de nuestra Historia y Espiritualidad, desde la fundación hasta nuestros días, escrito por el Rvdo. D. Jesús Belmonte Rubio, actual capellán de nuestro monasterio.
El libro se vende directamente por el torno de nuestro monasterio, al precio de 15 €uros.
También lo podrán encontrar en la Librería San Pablo, de nuestra capital.

RECOMENDADO


ARQUETA DE LA MADRE MARIANA:


Arqueta de la Venerable Madre Mariana de San Simeón.

Esta arqueta fue relicario de los restos de San Fulgencio y Santa Florentina en la catedral de nuestra ciudad de Murcia. Donada por el Cabildo en 1748, desde entonces y hasta 1936 guardó los restos de la fundadora Madre Mariana de San Simeón.
Pertenece al arte namban japonés, y está realizada en madera, laca, plata, oro, nácar y bronce.
Sus medidas son 45,5 x 69,5 x 37,5 cm. 
Es del siglo XVI.
En la actualidad, se conserva en la sacristía del monasterio, dentro de la clausura.